sábado, 5 de junio de 2010

El Mundial que no queremos ver

Hacía rato que este blog no veía un poco de acción… La cercanía del Mundial se hace notar y uno pasa más tiempo frente al televisor que a la computadora. No puedo ser ajeno a la fiesta que este deporte nos brinda cada cuatro años. Pero me pongo en la piel de aquellos a los que el fútbol no les interesa en lo más mínimo y trato de imaginar lo que deben sentir.

El bombardeo mundialista es avasallante, agotador. Digámoslo de una vez: tremendamente insoportable. Creo que el 99,9% de la población debe estar harta de que le quieran vender televisores LCD para ver mejor el Mundial, de que las bebidas nos quieran hacer creer que al consumirlas vamos a transformarnos milagrosamente en atletas de élite…

Pero lo que seguramente debe colmar la paciencia, (por no decir una grosería) son los móviles de los periodistas que ya están en Sudáfrica. Muchos medios de comunicación se instalaron en el país africano 15 o 20 días antes del comienzo del campeonato, con muchísima mala suerte. ¿Por qué? Porque al desubicado de Maradona se le ocurrió restringir el acceso de la prensa a los entrenamientos. Hasta el día de hoy, sólo hubo dos conferencias de prensa: una con Javier Mascherano y el DT Diego Maradona, y una conferencia grupal con la mayoría del plantel. Sólo eso. ¡Y encima no las aprovecharon! Abundaron preguntas tales como: ¿estás contento por jugar el Mundial? ¿es cierto que jugaron al truco? ¿qué sentirías si ganás la Copa del Mundo? ¿tenés ganas de ser titular?¡Por favor, qué de obviedades! Se imaginan a Carlitos Tévez respondiendo: "No, ser titular no me preocupa ni me interesa, vine a Sudáfrica porque quería sacarme una foto con los leones…"

¿Y el resto del tiempo, qué cobertura hacen los periodistas y enviados especiales? No sé sí esa será una buena pregunta, pero la respuesta puede ser aterradora… Dentro de lo poco rescatable, cuentan la vergonzoza aparición de barrabravas que se dedican al turismo mundialista aparentemente sponsoreados por dirigentes kirchneristas. Mucha gente se muere de ganas (me incluyo) de ver un Mundial. Evidentemente hay que empezar a hacer "lío" en todas las canchas del fútbol argentino (entre otras cosas) para que a uno lo premien con un viajecito, como hicieron con estos personajes.

Pero volviendo a la labor del periodismo, la especialidad de la mayor parte de ellos es otra: algunos salen a recorrer Pretoria, otros intentan conocer Johannesburgo y cuentan lo difícil que es manejar los autos con volante a la derecha pero lo divertido que es tener un choque o un raspón… otros nos muestran cómo es el centro de prensa por dentro… cada tanto se acercan al búnker argentino para tomar imágenes de la nada misma o de los jugadores cuando terminan de entrenar y pasan como a 200 o 300 metros de las cámaras… Algunos averiguan cuánto sale un sándwich de pollo con mayonesa… Otros, en un clásico ya, intentan comunicarse con los habitantes para saber qué opinan del Mundial y se ríen largamente por no entender una palabra de lo que dicen… ¡Cuánto talento! Menos mal que además de virtuosos no son egoístas y lo comparten con todos los que nos quedamos en Argentina.

Repito algo ya mencionado en un post anterior: no está mal ver una nota de color, saber otras cosas además de lo que pasa con la pelotita, pero una cobertura de un Mundial con un 100% de notas de color, pudre. ¿Para qué van con tantos días de anticipación? ¿Si al Mundial van los mejores jugadores del mundo, no deberían ir los mejores periodistas también? Sinceramente ¿los canales piensan que el público está interesado en ver a cualquier ganso con un micrófono en Sudáfrica? ¿Eso vende? ¿Da rating? Realmente nos saturan. A los que no les gusta el fútbol, y a los que nos apasiona. Que empiece a rodar el balón sobre el verde césped cuánto antes, así toda esta gente tiene de qué hablar.

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