lunes, 12 de julio de 2010

Y se terminó el Waka-waka de Sudáfrica 2010...

Finalizado el Mundial por el que tanto esperamos, haremos un repaso de todo lo que se vio. Pueden comentar si están de acuerdo o no, si cambiarían alguna de las opciones, etc.

Mejor equipo: España. Por el respeto por el juego, el amor por el tiki tiki productivo y por su solidez defensiva, fue mucho más que los demás, inclusive que Suiza, que la derrotó en el primer partido del torneo.


Mejor jugador: la FIFA eligió a Diego Forlán, y creo que no está mal. El uruguayo hizo goles importantísimos y fue uno de los pocos a los que la Jabulani pareció no afectarle. Fue la figura de esta actuación uruguaya histórica. También me gustó el alemán Thomas Muller, al que eligieron como el Mejor Jugador Joven. Tiene 20 años y fue el Goleador del Mundial. Mucho talento, me parece que Alemania lo extrañó demasiado en la semi contra España.


La decepción: los dos finalistas de Alemania 2006, Francia e Italia. No pudieron pasar la primera ronda. Francia envuelto en el mayor cabaret mundialista, no pudo sacarle el jugo a un jugador enorme como Ribery. Italia no renovó su veterano plantel y quedó afuera en una zona que compartía con Nueva Zelanda, Eslovaquia y Paraguay.

La sorpresa: Uruguay logró instalarse en semifinales, algo que desde México ’70 no lograba. Tabárez armó un equipo solidario, que corrió y jugó hasta donde pudo. Le hizo partido a Holanda y a Alemania hasta el final. Y tuvo a Suárez y a Forlán de delanteros, nada menos.


Los mejores goles: el segundo de Tevez a México en octavos de final, un bombazo tremendo desde afuera del área, y el gol de Giovanni Van Bronckhorst a Uruguay por semifinales, otro bombazo, al ángulo.

La actuación argentina: terminar un Mundial en el 5º puesto me parece que no está mal. Desde Italia ’90 que Argentina no terminaba tan arriba (en Francia ’98 y Alemania 2006 terminamos 6º). Algunos dirán que había plantel con potencial para terminar más arriba, que el técnico se equivocó en la elección de los 23 y en el planteo contra Alemania, etc., etc., pero vale recordar que el rival también juega, y a veces juega muy bien. Dentro de lo positivo podemos rescatar que muchos jugadores, por su juventud, van a tener la posibilidad de revancha en 4 años. Sin dudas, sea quien sea el técnico argentino en Brasil 2014 va a poder armar un equipo con experiencia mundialista, sólido y maduro. Ojo: Alemania también va a estar en las mismas condiciones.


El equipo ideal: para mí (no para la FIFA) los mejores once fueron: Casillas (España); Lahm (Alemania), Mathijsen (Holanda), Puyol (España), Van Bronckhorst (Holanda); Schweinsteiger (Alemania), Van Bommel (Holanda); Sneijder (Holanda), Xavi (España), Iniesta (España); Forlán (Uruguay). Fui absolutamente injusto con Sergio Ramos y Piqué (España), Xabi Alonso (España), Ozil y, Robben (Holanda), David Villa (España), Suárez (Uruguay) e Higuaín (Argentina).

El mejor y el peor pronosticador: el mejor, el famosísimo pulpo Paul, que acertó como iban a salir todos los partidos. El peor, yo, que pronostiqué las semifinales Inglaterra – Holanda y Argentina – España. Acertar entre los cuatro a Holanda y España no tiene mucho mérito porque antes del Mundial consideraba que eran las mejores selecciones y que si había una cierta lógica iban a llegar lejos. Sí me voy a golpear el pecho por haber acertado 13 de los 16 equipos que llegaron a Octavos (Corea del Sur fue uno de los aciertos) y por pronosticar la victoria de España sobre Holanda en el partido por el 3º puesto (a Argentina y a Inglaterra las veía mejor, ¡que visionario!)

Lo insufrible: el ruido de las vuvuzelas en todos los estadios y en todos los partidos, y los comentarios de los periodistas veletas que consideraban a la Selección Argentina una locomotora imparable hasta el partido con México y después del partido con Alemania era un equipo desbalanceado, sin rumbo e idea futbolística.


El boludo que nunca falta: un fanático de remera negra y gorro, corría con una sonrisa de oreja a oreja. Detrás de él, tres guardias de seguridad, de campera naranja. No se entiende cómo el hincha logró evitar el nutrido cordón de seguridad que rodea al campo de juego. Sin embargo lo hizo. Casi al final de su carrera, sacó de su bolsillo un gorro rojo y cuando estaba a punto de colocarlo sobre la Copa, un guardia de seguridad de traje (de los "pesados"), que estaba custodiando a los reporteros gráficos que se preparaban para retratar la salida de los equipos, le dio un golpe seco en el pecho. Volaron el hincha y el gorro. (Gracias Misión Mundial por el texto, evitaron que cometiera más exabruptos).


Las preguntas: ¿Garcé trajo alfajores? ¿Quién le saca el Mundial a Brasil en el 2014? ¿Felipe Melo ya salió de adentro de la camioneta? ¿El árbitro inglés Webb era el indicado para dirigir la final? ¿Domenech se amigó con Anelka? ¿Pagani se pudo levantar a la periodista ecuatoriana?

sábado, 3 de julio de 2010

Qué manera de panquequear, que manera de veletear...

Ahora, cuando Argentina ya se quedó afuera del Mundial y muchos panqueques prendieron las motosierras para hacer leña del árbol caído, me pintó transcribir la nota que salió ayer en The New York Times. Obviamente este equipo tenía sus defectos, había cosas que uno no entendía y decisiones con las que disentía, pero me parece que esta nota resume lo que pensaba gran parte de la gente sobre Maradona y la Selección antes del partido con Alemania. (Perdón si la traducción tiene algún error)


Querido Diego: Es hora de que los críticos digan perdón, y gracias.
Por ROB HUGHES
2 de Julio de 2010



Evaluamos mal tu nombramiento como entrenador. Creíamos que Julio Grondona, el presidente de 78 años de edad, de la federación de fútbol de Argentina, había perdido todo sentido de la razón cuando te pidió a vos, un icono ya desvanecido y sin experiencia como entrenador, que te hagas cargo de un equipo nacional roto y lo lideres a través de la Copa del Mundo.

Bien, lo mismo respeto de tu presunta experiencia.

Pase lo que pase entre Argentina y Alemania en Ciudad del Cabo el sábado, el equipo ha sido la alegría de este torneo.

Has dado vida a una era excesivamente prudente en el deporte. Tus jugadores -Lionel Messi, por supuesto, y Carlos Tevez, Gonzalo Higuaín y otros- han impresionado.

El talento es evidente, incluso para nosotros, los sabelotodos. El grupo de jugadores que heredaste estaba claramente desbalanceado. Tenés más delanteros de los que necesitás y pocos defensores de verdadera calidad.

Aún así, la mayoría de los entrenadores calificados habrían hecho lo que hizo Brasil durante el campeonato: defender en gran número y atacar sólo esporádicamente. Pero no Maradona. Vos liberaste a tu equipo, conciente de sus fortalezas: ataque, ataque, ataque.

Y cuando das las licencias de la manera que lo hiciste con Messi, Tévez y compañía, también nos liberás a nosotros. Cuando tu equipo destroza la cautela de los oponentes, nos sentimos como niños, cuando todos quieren ser atacantes.

Tus payasadas en la línea lateral personifican esto.

No nos engañás, Diego, con tu traje gris y tus zapatos lustrados. Vemos más allá de ese atuendo formal a un hombre reviviendo su juventud, un hombre de 49 años que era el héroe temerario en 1986. Un hombre que fue a Alemania para el último Mundial, vestido con camiseta de jugador, alentando desde las tribunas.

Ese entusiasmo nos recuerda que el fútbol es un juego sencillo. Tu equipo tiene habilidades superiores de ataque, así que juega de acuerdo a su naturaleza.

Esto va a sonar muy obvio. Alemania representa un verdadero desafío, especialmente para tu defensa. Sin embargo, nosotros no estamos seguros de que estés preocupado por algún oponente. Cuanto más lejos llegue tu equipo, más cerca estarás de despojar el mito y la mística de que la gestión del equipo es una ciencia y que un director técnico sólo puede tener éxito a través de años de estudio y de manual.

No te imagino a vos leyendo libros sobre cómo ser exitoso en tu juego. Habiendo crecido en las calles de Villa Fiorito, entiendo que para vos los libros sean una bazofia.

Un manual para cualquier cosa escrito por extraños no te habría sacado de ese empobrecido pero en cierto modo feliz lugar. Tus habilidades lo hicieron. E incluso los ingleses que maldijeron tu gol de la Mano de Dios durante la Copa del Mundo de 1986 tuvieron que reconocer el genio con el que burlaste a seis hombres para anotar un segundo gol en ese juego: el Gol del Siglo.

Genio, jugando con tus propias reglas.

Sin embargo, cuando Grondona, el presidente de la federación de fútbol argentino, antes que nadie oyera hablar de Maradona, te nombró a vos como entrenador, todos nos quedamos pasmados.

¿Cómo funciona? ¿Cómo puede un jugador que se quemó con las drogas, el alcohol y una aparente incapacidad para hacer frente a la vida más allá del pitido final, ser el guía y mentor de los jugadores que parecían perdidos y desilusionados por su federación nacional?

Gente mejor posicionada y los hombres que habían llevado a Argentina a sus dos Copas del Mundo, temían por su país y por vos.

Muchos estuvieron de acuerdo con Daniel Arcucci, (un columnista de La Nación), que escribió el año pasado, "Tal vez Maradona está arriesgando demasiado, como siempre en su vida, incluso su condición de mito."

Arcucci no estaba solo en ese temor. Ninguno de nosotros imaginaba lo que estamos viendo ahora.

La historia está en contra de tu equipo.

Vos sabés, pero probablemente no te importa, que sólo dos hombres han ganado la Copa del Mundo como jugadores y como entrenadores. Mário Zagallo jugó para Brasil cuando triunfó en 1958, y fue el entrenador en 1970. Franz Beckenbauer fue capitán de Alemania en el título de 1974, y fue su director técnico en 1990.

Lo que estás intentando es más cercano a Beckenbauer que a Zagallo. Beckenbauer no tenía antecedentes como entrenador, ningún título lo mostraba a él como un entrenador de probada eficacia. En lugar de eso tenía -y tiene- el aura de su condición de jugador más grandioso de su país.

Zagallo fue lo opuesto. Un wing laborioso en su tiempo, impregnado de la filosofía de entrenador, él entró cuando la federación de Brasil despidió a João Saldanha semanas antes de la Copa del Mundo.

Saldanha fue tu tipo de hombre, Diego. Le encantaba la irreverencia, él desmintió los estereotipos de entrenamiento. Dejó que los grandes jugadores jugaran. Compartió con ellos el amor por dar lo mejor de sí.

Vos nos contaste que tu mensaje a Messi fue simplemente decirle que nunca nadie le dijo a Maradona dónde tenía que jugar, así que vos tampoco debías decirle a Messi dónde tenía que jugar.

Interesante, porque pensamos que podía haber fricción entre el hombre que fue el jugador más mágico de la Argentina y el único hombre que podría desafiar esa designación.

Si ese es otro concepto erróneo, es hora de decir mea culpa, de corazón.